Cada temporada de lluvias, un promedio de 550 tormentas severas azotan la República Mexicana. De éstas, buena parte son tormentas eléctricas, las cuales afectan principalmente la costa noroeste y la península de Yucatán y, en menor medida, el centro, occidente y sur del país.
Según estudios de la agencia espacial de Estados Unidos (nasa), en las costas de Sinaloa y Nayarit caen unos 30 rayos por kilómetro cuadrado, mientras que en el Distrito Federal, el Estado de México, Puebla, Guerrero y Jalisco el promedio es de 20.
La Secretaría de Salud tiene reportes de que cada año hay en promedio 150 muertes a causa de los rayos, cifra más alta que la que se registra en todo Estados Unidos.
Para reducir la posibilidad de ser alcanzado por un rayo mientras llueve -independientemente de la intensidad de la precipitación- se deben evitar actividades al aire libre como jugar fútbol, nadar, caminar entre árboles, pasear a caballo, barrer y hablar por teléfono celular; bajo techo hay que alejarse de puertas y ventanas de herrería y evitar hablar por teléfono, ver la televisión a corta distancia, lavar platos, tomar una ducha y usar tijeras. Mientras llueve se debe evitar el uso de reproductores de MP3 tanto en el exterior como en el interior de una construcción.
El peligro se agrava en las grandes ciudades, pues de acuerdo con especialistas, el incremento en la temperatura del planeta ocasionaría que éstas arrojaran mayor cantidad de calor a la atmósfera, a causa de la gran concentración de cemento que poseen. Ese calor se combina con la humedad de lagos, ríos, estanques y otros cuerpos de agua, lo que genera más tormentas.

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