Uno de los problemas contemporáneos más preocupantes en relación con la salud a escala mundial es el de la falsificación de medicamentos. La “ piratería” no solo ha llegado ya al terreno de los fármacos: lo ha hecho en tal magnitud, que la Organización Mundial de la Salud considera que millones de personas están muriendo en todo el mundo al tratar de combatir enfermedades con medicinas falsas que resultan inútiles o contraproducentes.
Por su parte la Interpol calcula que en cinco años ese mercado será, en términos de volumen de dinero, similar al del narcotráfico.
La avalancha de medicamentos falsos puede desatar nuevos y graves problemas sanitarios. Por ejemplo, las medicinas falsas no tienen capacidad curativa, porque suelen contener dosis mínimas de algunas sustancias activas en versiones originales, lo que ocasiona que los organismos causantes de ciertas enfermedades infecciosas se vuelvan resistentes. Además, en muchos casos los fármacos piratas están contaminados por no haber sido elaborados bajo medidas sanitarias adecuadas.
Hasta ahora los mercados más afectados son los de países en desarrollo. Se sabe, por ejemplo que el sudeste asiático los “piratas” representan casi 50% de las ventas totales de medicamentos.
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